La sociología de la educación
Es
una perspectiva para el análisis del fenómeno educativo que utiliza los
conceptos, metodologías y teorías de la sociología para
entender la educación en
su dimensión social. Su preocupación central es el estudio del contexto social
de la educación. Esto le ha dado un fuerte énfasis en la educación formal,
aunque también haya estudios importantes sobre la educación informal y
la educación no formal.
Se ha nutrido de aportes de sociólogos, pedagogos, psicólogos, antropólogos y
economistas, constituyéndose como un campo multidisciplinario.
Las
grandes preocupaciones de la sociología de la educación no difieren demasiado
de las preocupaciones genéricas de la sociología como ciencia social.
Es decir, la sociología de la educación ha estudiado las vinculaciones de la
educación con la igualdad
social, la equidad,
la movilidad
social y otras cuestiones tradicionales de
la sociología como las vinculaciones entre educación y poder social.
Los dos grandes temas más discutidos en sociología de la educación son la
relación entre la educación y la posición social adulta (ocupación, ingresos,
estatus, etc.) y los factores del rendimiento escolar.
Objetivos y funciones.
Como
su nombre lo dice, sociología, socializar con la educación, relación entre el
educador y educado. El análisis sociológico del proceso de socialización y sus
agentes, de las relaciones del sistema educativo con los otros sistemas
sociales; de las funciones sociales de la educación de un sistema escolar, sus
agentes activos y relaciones sociales internas, con especial atención al
alumno, al profesor, así como de las contradicciones y procesos de reforma que
son desarrolladas en el sistema educativo.
Los
objetivos de este análisis son:
Adquirir
una visión de todos los temas relacionados con esta disciplina.
Facilitar
al alumno un análisis de las dimensiones sociales de la educación
Compresión
de las relaciones entre educación y sociedad
Familiarizar
al alumno con el método sociológico
Conocimiento
de los procesos sociales que se desarrollan dentro del aula.
Formación
de una actitud crítica ante las influencias sociales de la educación.
Tras
dicho análisis se ha definido que las funciones sociales de la educación son
las siguientes:
-Función
de adaptación del individuo.
-Función
de asegurar una continuidad.
-Función
de introducir un cambio social.
-Capacitación
profesional.
-Función
económica.
-Función
política.
-Función
de control social,
-Promover
un progreso humano.
En
las sociedades contemporáneas marcadas por una acelerada transformación de los
patrones culturales y profundas desigualdades en las condiciones de vida
generando fenómenos sociales muy complejos que requieren de esfuerzos
intelectuales que avancen en su compresión y en la formación de alternativas
orientadas a su atención.
Sobre
aquellos que están vinculados al ámbito de la educación que son estudiados por
la sociología a partir de dimensiones como la adquisición de capacidades
ocupacionales, de valores dominantes, de conocimientos socialmente aprobados y
de la socialización en la distribución de jerarquías. Tales problemas son
analizados mediante el estudio de los sistemas escolares, la política
educativa, la educación no formal y su influencia en los diversos grupos
sociales como: mujeres, indígenas, jóvenes, empresarios, etc.
El
interés sociológico por la educación reside en sus características como
institución que constituye identidades y posiciones sociales que condicionan la
forma en que los individuos viven en sociedad, sus actitudes y formas de
interacción y sus oportunidades vitales. Cuando hablamos de sociología de la
educación también lo podemos definir como macrosocial y microsocial,
Lo
macrosocial refiere a la sociedad global, a las relaciones entre el sistema
escolar y la estructura económica, la estratificación social la organización
del poder político, las instituciones familiares y religiosas, entre otros
aspectos de la estructura social. Por su parte, lo microsocial refiere a las
relaciones en el aula, a la estructura y funcionamiento de los grupos que
conforman el contexto escolar.
John Dewey
Filósofo
nacido en Burlington, Vermont, Estados Unidos el 20 de octubre de 1859.
Es llamado por muchos el “padre de la educación renovada”. Graduado en Artes en
la Universidad de Vermont en 1879; se doctoró en Filosofía en la Universidad de
John Hopkins en 1884. Estudió los sistemas educativos de México; China,
Turquía, Japón y la Unión Soviética. Contrastó sus principios educativos en la
famosa escuela laboratorio de carácter experimental, denominada Escuela Dewey,
instituida en la Universidad de Chicago en 1896. Concibió la escuela como un
espacio de producción y reflexión de experiencias relevantes de vida social que
permite el desarrollo de una ciudadanía plena. Sostenía que lo ofrecido por el
sistema educativo de su época no proporcionaba a los ciudadanos una preparación
adecuada para la vida en una sociedad democrática. El «método experimental» de
su pedagogía se basa en la educación de la destreza individual, de la
iniciativa y del espíritu de empresa en detrimento de la adquisición de
conocimientos científicos. Sus escritos influyeron en los profundos cambios
experimentados en la pedagogía de Estados Unidos en los inicios del siglo XX.
Como filósofo, subrayó todo lo práctico, esforzándose en demostrar cómo las
ideas filosóficas pueden actuar en los asuntos de la vida diaria. Su
planteamiento lógico y filosófico era de cambio permanente, adaptándose a las
necesidades y a las circunstancias. El proceso de pensamiento en su filosofía
es un medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que
hay y lo que se proyecta. Activista político, defendió los planteamientos
progresistas, algunas veces radicales, respecto de los asuntos internacionales
y de los problemas económicos.
Nació
en ciudadela del “yanquismo” de Nueva Inglaterra, en el seno de una familia de
colonizadores de humilde origen, el mismo año en que apareció Sobre el
origen de las especies, de Darwin. El “yankismo” y el darwinismo fueron los dos
puntos iniciales de una actividad filosófica que, empezada en una época hoy arcaica,
había de terminar en 1952, y de una filosofía cuyas repercusiones mundiales se
dejan sentir aún en nuestros días.
La
juventud casi rural de Dewey y sus años de universidad transcurrieron en el
Este; en 1884, sin embargo, inició la actividad docente en el Midwest, donde
vivió durante los veinte años siguientes. De tal región -de sus genéricos
estados de ánimo y de su “liberalismo americano” a la antigua- parece haber
sido siempre el intérprete. El contacto, en los últimos años de estudios, con
la obra de Hegel había dejado, según él mismo afirma, “un poso permanente” en
su pensamiento. El intento de una nueva interpretación del ilustre filósofo
alemán en modernos términos norteamericanos -o sea “yankees” y darwinianos- fue
el primer paso en la elaboración de lo que había de llegar a ser el
“instrumentalismo” (la teoría y el nombre resultaron variantes de lo que un
autor contemporáneo pero de más edad, William James, denominó
“pragmatismo”). Las ideas de Dewey eran un reflejo de las expresadas por
pensadores como Rousseau, Pestalozzi, Herbart, Fröbel y sus seguidores, pero,
que quizá por venir de América, sonaban como algo nuevo. También autores como,
Darwin, Huxley, Comte, Hegel, James y Mead se pueden registrar como grandes
influencias en su pensamiento.
Para
Dewey la educación es una constante reorganización o reconstrucción de la
experiencia a partir de esto su principal preocupación fue poder desarrollar
una educación que pudiera unir la tradicional separación entre la mente y el
cuerpo, entre la teoría y la practica o entre el pensamiento y la acción, ya
que el pensaba que al hacer esta separación, llamada “natural” la educación,
para él tendía a ser académica y aburrida, alejada de los intereses reales de
la vida: “Cada vez tengo más presente en mi mente la imagen de una escuela; una
escuela cuyo centro y origen sea algún tipo de actividad verdaderamente
constructiva, en la que la labor se desarrolle siempre en dos direcciones: por
una parte, la dimensión social de esta actividad constructiva, y por otra, el
contacto con la naturaleza que le proporciona su materia prima”.
Para
este mejoramiento de la educación pensaba el autor que esta no se podía lograr
con una mejor educación de los maestros, sino con una mejor educación de los
padres y los funcionarios escolares ya que para él, ellos son la última palabra
y el carácter de esa palabra dependía solamente de la educación que ellos
hubieran recibido: “Una persona que recibiera educación será una que la
entregue”.
Afirmaba
también que los niños no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas en
las que los maestros pudieran escribir las lecciones. “Cuando el niño llega al
aula ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste en tomar
a su cargo esta actividad y orientarla”
A
partir de esto, el autor pensaba que la labor de la escuela era establecer
reglas, por medio de las cuales, los alumnos obraran de tal modo que, aun
después de haber obrado, a esos alumnos no se les lleve a ver la relación entre
el resultado y el método seguido, ya que solo por medio de sus propias
observaciones, reflexiones, formación y comprobación de sugestiones puede un
alumno ampliar y rectificar lo que sabe. Creía firmemente que se podía aprender
haciendo algo que no se comprendiera. Como consecuencia de esto la tarea del
maestro es realmente esto ser un maestro, no un amo o “autoridad”, este debe
tener suficientes conocimientos de sus alumnos, de las necesidades,
experiencias, grados de habilidad y conocimientos de estos etc. para poder, no
dictar fines y planes, sino participar en una discusión referente a lo que ha
de hacerse en conjunto con sus alumnos. En este ámbito de conocer profundamente
a los alumnos era fundamental para Dewey el respeto de la individualidad y
libertad de los alumnos y a partir de estas habilitar a los alumnos que
prestaran cooperación especial en grupos de sus interés y a participar de sus
actividades de tal forma que la conducta social sea cuestión de su propia
actitud mental, y no puro dictado autoritario de sus actos ya que creía que repetir
materia en forma exacta a como la concibe la persona mayor queda sin dirigir la
originalidad de la individualidad.
“Libertad
significa, esencialmente el papel que el pensamiento -que es personal-
desempeña en el estudio, significa iniciativa intelectual, independencia de
observación, invención juiciosa, previsión de resultados y habilidad de
adaptación a ellos”.
La
educación es una necesidad de la vida, en cuanto asegura la transmisión
cultural; en las sociedades complejas se ha especializado en la instrucción
formal, y al mismo tiempo advierte como uno de sus fines el de mantener el
contacto con la experiencia directa, estableciendo la continuidad de la teoría
con la práctica. Es el nexo de la experiencia de participación con las
actividades dirigidas a la adquisición de los símbolos culturales el que
confiere a la educación moderna su particular función social.
La
idea Deyweniana de la educación es similar a la de Durkheim. Coincide con el
proceso de socialización y reconoce la diferenciación histórica de la práctica
de la educación.
Pero
con respecto a la sociología de la educación Dewey se separa de Durkheim y de
Weber para el autor la sociología de la educación se interesa por la
descripción de las situaciones educativas y de su evolución.
Dewey
probó su método en su propia escuela laboratorio creada en 1896 en Chicago. Más
tarde, su método sería aplicado con carácter general en las escuelas
laboratorios universitarios norteamericanos, y luego en las escuelas públicas
de los Estados Unidos. Este movimiento no sólo afectó a los Estados Unidos,
sino que finalmente llego a permear todo el proceso de renovación educativa en
toda Europa. El siguiente párrafo tomado del Pedagogic
Creed (1897) de Dewey expresa de forma elocuente su punto de vista general
sobre la educación:
Con
el advenimiento de la democracia y de las condiciones industriales modernas, es
imposible predecir de una forma definitiva cómo será la civilización dentro de
veinte años a partir de ahora. De ahí que resulte imposible preparar al
niño para ningún conjunto preciso de condiciones. Prepararle para la vida
futura implica darle dominio sobre sí mismo; implica, pues, adiestrarle de modo
tal que tenga pronto y completo uso de sus capacidades; que su ojo, y su oído y
su mano puedan ser instrumentos prestos a ser usados, que su juicio pueda ser
capaz de comprender las condiciones bajo las cuales habrá de operar, y que sus
fuerzas ejecutoras sean adiestradas para actuar de manera eficaz y económica.
Es imposible alcanzar este tipo de adaptación salvo si se toman en
consideración constantemente las propias capacidades, gustos e intereses del
individuo, esto es, salvo si la educación queda convertida continuamente en
términos psicológicos.
Dewey
sostenía que la escuela era una “comunidad embrionaria” que haría mejorar toda
la sociedad haciéndola democrática y armoniosa, “la escuela es el factor
democrático por excelencia”.
Durante
su permanencia en Estados Unidos, Dewey estuvo profundamente interesado en la
reforma de la teoría y de las prácticas educativas. Contrastó sus principios
educativos en la escuela laboratorio de carácter experimental, denominada
Escuela Dewey, instituida en la Universidad de Chicago en 1896. Los principios
educativos proponían el aprendizaje a través de actividades de diferente índole
más que por medio de los contenidos curriculares establecidos y se oponían a
los métodos autoritarios. Dewey pensaba que lo ofrecido por el sistema
educativo de su época no proporcionaba a los ciudadanos una preparación
adecuada para la vida en una sociedad democrática. Consideraba además, que la
educación no debía ser meramente una preparación para la vida futura, sino que
debía proporcionar y tener pleno sentido en su mismo desarrollo y realización.
Su trabajo y sus escritos influyeron significativamente en los profundos
cambios experimentados en la pedagogía de Estados Unidos en los inicios del
siglo XX, manifestados en el cambio del énfasis de lo institucional y
burocratizado a la realidad personal del alumno. Criticó la educación que
enfatizaba tanto la diversión relajada de los estudiantes, como el mantenerles
entretenidos sin más, así como la orientación exclusiva hacia el mundo
profesional.
La propuesta metodológica de Dewey consta de 5 fases:
*Consideración
de alguna experiencia actual y real del niño.
*Identificación
de algún problema o dificultad suscitados a partir de esa experiencia.
*Inspección
de datos disponibles, así como búsqueda de soluciones viables.
*Formulación
de la hipótesis de solución.
*Comprobación
de la hipótesis por la acción.
Dewey
mostró un sentido práctico para planificar y desarrollar un currículum
integrado de las ocupaciones (actividades funciones ligadas al medio del niño),
incluyendo previsiones de desarrollo del programa en ciclos temporales cortos.
“Una
inspección cuidadosa de los métodos que han sido permanentemente exitosos en la
educación formal revelará que su eficiencia depende del hecho que ellos vuelven
a la situación que causa la reflexión fuera del colegio en la vida ordinaria.
Le dan a los alumnos algo que hacer, no algo que aprender; y si el hacer es de
tal naturaleza que demanda el pensar o la toma de conciencia de las conexiones;
el aprendizaje es un resultado natural.”
Para
llegar a la finalidad formativa del conocimiento, John Dewey enuncia tres
etapas fundamentales:
Las
ideas y razonamientos.
La
aplicación de los resultados a nuevos hechos específicos.
Para aplicar estos principios en la escuela, dice Dewey que “las etapas formales indican cuáles son los puntos que deben tener en cuenta los maestros cuando se preparan para dar una lección, no las que deban seguirse para enseñar”. (Dewey, “Comment nous pensons”)
Según el psicopedagogo estadounidense, recién cuando se han recorrido estas tres etapas, se ha completado la enseñanza de una lección.
La nueva intuición de la vida está en la base de la escuela activa.
Sus ideas pedagógicas están íntimamente ligadas a su pragmatismo y su instrumentalismo. Se debe aprender haciendo, resolviendo problemas concretos y personales, y no escuchando.
Para aplicar estos principios en la escuela, dice Dewey que “las etapas formales indican cuáles son los puntos que deben tener en cuenta los maestros cuando se preparan para dar una lección, no las que deban seguirse para enseñar”. (Dewey, “Comment nous pensons”)
Según el psicopedagogo estadounidense, recién cuando se han recorrido estas tres etapas, se ha completado la enseñanza de una lección.
La nueva intuición de la vida está en la base de la escuela activa.
Sus ideas pedagógicas están íntimamente ligadas a su pragmatismo y su instrumentalismo. Se debe aprender haciendo, resolviendo problemas concretos y personales, y no escuchando.
Dice
Dewey: “Toda educación deriva de la participación del individuo en la
conciencia social de la especie.”
Estas
son las ideas que mejor sintetizan el pensamiento de Dewey una educación libre
e individual, la que su tiempo fue llamado “Progresismo Pedagógico” estas ideas
la verdad suenan bastante interesantes de aplicarlas en nuestro sistema
educacional ya que tiene bastantes cosas positivas y rescatables como respetar
la individualidad y libertad de los alumnos para así poder ayudar a cada uno de
ellos según sus necesidades y capacidades, pero este mismo punto también tiene
una gran desventaja que es, hasta qué punto se puede considerar “libertad” para
ejercer esta práctica, en este sentido creemos que sería necesario educar a los
niños en la libertad desde pequeños para que así ellos se sientan los
protagonistas de su propia educación.
Otro
punto rescatable es de ver la educación como una unión entre la teoría y la
acción y no solo como teoría, ya que de esta manera los alumnos pueden llegar a
conclusiones sobre los distintos temas en discusión según sus propias creencias
y no por lo que autoritariamente se les diga que tienen que hacer.
Aunque
se le conoce mejor por sus escritos sobre educación, Dewey también escribió
influyentes tratados sobre arte, la lógica, ética y la democracia, en donde su
postura se basaba en que sólo se podría alcanzar la plena democracia a través
de la educación y la sociedad civil. En este sentido, abogaba por una opinión
pública plenamente informada mediante la comunicación efectiva entre ciudadanos,
expertos y políticos, con éstos últimos siendo plenamente responsables ante la
ciudadanía por las políticas adoptadas.
Fue
un hombre de acción, que aspiraba a la unificación de pensamiento y acción, de
teoría y práctica. Defendió la igualdad de la mujer, incluyendo el derecho al
voto. Fue cofundador, en 1929, de la Liga para una acción política
independiente, fomentó el sindicalismo docente, alentó la ayuda a los
intelectuales exiliados de los regímenes totalitarios. Dewey tuvo una gran
influencia en el desarrollo del progresismo pedagógico, desempeñando un papel
protagonista que abarca desde finales del XIX hasta la Primera Guerra Mundial.
Fue el pedagogo más original, renombrado e influyente de los Estados Unidos y
uno de los educadores más perspicaces y geniales de la época contemporánea,
influyendo en el curso de tres generaciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario